jueves, 1 de julio de 2010

HIJAS DE GALICIA

Hace más de 90 años los/las gallegos/as fuimos pioneros en lo que a emigración se refiere. Nuestras fotos despidiendo a familiares que iban a “hacer las Américas” en los puertos de A Coruña y Vigo han dado la vuelta al mundo. De allá nos llegaban noticias de grandes fortunas conseguidas a fuerza de trabajo duro y que eran la recompensa a un gran esfuerzo pero ¿qué era de las mujeres emigrantes? ¿Las había? ¿A qué se dedicaban?...

De la misma manera que miles de mujeres llegan hoy en día hasta España procedentes de sus países de origen, creyendo hacer un viaje desde el mundo de la miseria y la precariedad para por fin obtener una recompensa al trabajo que realizarán al cruzar nuestras fronteras, durante los años de emigración gallega y posteriores a la instauración de la República en España, muchas gallegas también se embarcaron hacia América. Como cifra orientativa, en los registros oficiales figuran en los puertos gallegos un total de 601 embarcos de mujeres entre los meses de marzo, abril y mayo de 1915. Pero sorprendentemente el 9 de abril de ese mismo años aparece una regulación especial del Consejo Superior de Emigración para todas estas buscadores de su sueño americano; dirigida al inspector de emigración de Vigo decía lo siguiente: “que hasta nueva orden, resuelva y permita el embarque, según crea procedente y bajo su responsabilidad”… detrás de esta advertencia se oficializaba la voz de alarma: al llegar a sus destinos muchas de estas mujeres eran captadas por intermediarios de inmigrantes que haciéndose pasar por novios o familiares las obligaban a prostituirse.

Prostitutas por obligación

La feminista cubana Hortensia Lamar denunciaba este hecho en unas conferencias de 1925: “La española que viene honrada a trabajar, a reunir mucho dinero para mandar a su aldea. Muchas en la travesía sucumben, las demás aquí, donde las sociedades regionales no les dan protección alguna. La mayoría es explotada por los propios paisanos, los eternos primos protectores, o el novio que nunca falta, y que generalmente las seduce y abandona luego, y así, de peldaño en peldaño va rodando a la abyecta esclavitud de donde no vuelve a salir”.

El profesor Julio César González Pagés, doctor en Ciencias Históricas por la Universidad de la Habana ha recogido numerosos datos acerca de los expedientes de gallegas que tras ser engañadas y obligadas a prostituirse son abandonadas y su analfabetismo y miseria las llevan a delinquir. Tal vez por ello, según los expedientes históricos de penales cubanos creados para las mujeres a partir de 1909, de más de 2034 sentencias, entre nacionales y extranjeras, la amplia mayoría se corresponde con mujeres gallegas de entre 25 y 40 años sin empleo fijo, sin estudios, solteras y procedentes de las provincias de Lugo y Ourense.

González Pagés ha rescatado de estos expedientes historias como la de Blanca García Díaz, alias “la rapaciña” que con 31 años cuenta cómo fue introducida en la marginalidad por su tío, quien la violaba desde los 15 años, obligándola a mantener relaciones con él y su primo. Cuando esta trató de denunciar los hechos, la echaron a la calle donde su vida se llenó de conflictos y enfermedades venéreas. Lo mismo nos dice sobre el expediente de María García Martínez, coruñesa de 18 años, que cuenta cómo fue utilizada para fotografías y actos pornográficos desde los 14 años hasta terminar en la prostitución de la mano de un proxeneta que la agredió con un corte en la cara por no poder pagar, a raíz de todo ello robos y estafas acaban con ella en la cárcel.

Hijas de Galicia

Ante tal cantidad de despropósitos acabará surgiendo la voz de una institución regional fundada el 16 de junio 1912 y denominada “Solidaridad Pontevedresa”.
La institución además de denunciar la situación de sus paisanas en la emigración, se propondrá ayudarlas, frente a la pasividad de otras instituciones del momento. Para ello en una sesión del 11 de Enero de 1914, el nuevo presidente Jesús Rodríguez Bautista, decide reformar el Reglamento de esta Sociedad con el fin de construir un sanatorio para la comunidad gallega. Así surgirá el proyecto con el que se crearía en 1917 a la Institución “Hijas de Galicia”. Así en la Junta General del 18 de Enero la Asociación Solidaridad Pontevedresa decide constituirse por unanimidad en la Sociedad “Hijas de Galicia”, Sociedad Sanitaria y de Auxilio Mutuo.

La institución benéfica se encargaría desde entonces de prestar atención a las necesidades físicas, económicas y morales de aquellas gallegas que así lo requirieran.
Además de ello la institución se convertirá en una abanderada de la lucha por los derechos de estas mujeres y a partir de 1924 entre sus objetivos y peticiones estaría la de conseguir para las emigradas gallegas un mejor trato por parte incluso de las autoridades cubanas en el momento de entrar en el país. Será además en ese mismo año cuando se planifique la compra de unos terrenos en Luyano para la construcción del Hospital “Concepción Arenal” de las Hijas de Galicia. El servicio médico se extendería desde ese momento a diversas zonas de La Habana y así en 1926 las “Hijas de Galicia” tendrían ya delegaciones en otras provincias.

De esta manera “Hijas de Galicia” acabaría convirtiéndose en la mayor asociación del mundo de emigradas gallegas y sus descendientes, con una cifra que en el año 1960 sobrepasaba los 58.000 mujeres. Su ubicación convirtió al barrio Luyanó de la Habana en la Nueva Galicia.
En la actualidad La sociedad ya no existe, pero el Hospital sigue allí, en pie, con el mismo nombre y con muchas descendientes de gallegas en plantilla, recordando a las mujeres que hoy salen cada día de sus países, que empezar de cero en una nueva tierra es fácil si hay alguien dispuesto a ayudar.

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