lunes, 5 de julio de 2010

ABELLAS DE OURO

“Abellas de ouro”

de Xosé Lesta Meis


Tal y como acontece en muchos momentos de nuestras vidas, y como dice el refranero popular, los árboles no nos dejan ver el bosque. La pequeña joya que Lesta Meis dejó con sus “Abellas de ouro” (1930) es un ejemplo de ello. Lesta Meis que marchó a Cuba siendo muy joven supo lo que era la nostalgia por la tierra y por sus gentes. En la emigración se embarcó en su andanza nacionalista. Vinculado a las Irmandades da Fala participará en 1923 en unas conferencias con el tema “Nuestra psicología”, la nuestra, la gallega, esa que es imposible obviar en este pequeño libro de descripciones de mujeres campesinas y que desde Galicia cuesta reconocer.
En estas “Abellas de ouro” la psicología del gallego, y más que nada la de la “gallega” que aparece perfectamente perfilada en la vida de trece mujeres gallegas que en tiempos de la emigración viven en Galicia, y decimos trece porque aunque dos de los relatos se titulan “O tío Manuel” y “O siño Mingos”, en el fondo son las mujeres que comparten vida con estos hombres las que realmente hilan y sostienen los relatos.


Desde su perspectiva de hombre observador, recordemos que después de una formación autodidacta Lesta Meis se dedicó al periodismo, llevando desde 1925 a 1930 en el Eco de Galicia en La Habana la sección “De mi tierra”, surge su manera de describir a las mujeres que protagonizan este libro que como él dice en el prólogo de la obra: “todas son auténticas. Hainas que levan o mesmo nome que teñen. Astra algunha pertence á miña familia”. Algo que de hecho percibimos a través de las expresiones coloquiales que utilizan todas ellas, y que nos hacen sentir a los lectores más de cerca la tierra que él extrañó tantos años.
En estas páginas Lesta Meis, coruñés nacido en Eirís, nos habla de Ánxela que hace las tareas de la casa, cuida los hijos a pesar de las miserias y siempre con una sonrisa en los labios, de la señora Gabriela que cuida de los nietos huérfanos y de su padre como si fuera su madre sin que los años ni la vejez la paren, de la siña Dominga que saca unos pesiños cuidando los niños de la aldea para salir adelante ella y el hombre enfermo y postrado al que le dice con cariño cuando se le queja de la carga que es para ella: “<>.
Lesta Meis nos cuenta la historia de las hijas del Tío Manuel, que al no tener hermanos, sacan ellas mismas la casa adelante haciendo el trabajo “de los hombres”, aun que a él eso no le guste mucho, y la de la señora Xerónima, que es lavandera y que tiene que ir al río con los niños a las espaldas y la ropa, la de Elisa, que cree ciegamente que nació para servir a los “señoritos” para los que trabaja, la de la Costurera que por la alegría que supone su llegada para hacer ropa lleva una vida bien buena, o la de Matilde de carácter autobiográfico que se enamora de un periodista enfermo retornado de la emigración (que es él mismo) al que mantiene y saca adelante con el esfuerzo de su trabajo.
En las “Abellas de oro” aparecen también Roxelia que con sus dieciocho años ya pone la casa de un labrador a funcionar cada día, y la siña Farruca que se harta de reprender a su hombre y sacarlo de la taberna, y Culasa que trabaja duro de "mandadeira" en A Coruña, y Antonia, a “mosqueteira”, que compra y vende para sacar unos "cartiños" para comer, también el Siño Mingos que no quiere vivir con la hija de la capital sino volver con la de la aldea, que es donde le gusta estar.
Todos estos personajes se entrecruzan en la mente del lector y dan vida al paisaje social gallego, donde la mujer es el pilar fundamental. Ella trabaja dentro y fuera de la casa, hace comidas, cuida los niños, compra, vende, pasa mil “traballiños” para mantener a flote la economía doméstica, que es en definitiva la madre de todas las economías.
Ellas que como ironiza Lesta Meis sirven a las señoritas de la ciudad ( La Señora Jerónima, la lavandera, después de trabajar todo el día tendrá que esperar para entregar la colada porque “la señorita está ocupada”), son valerosas y fuertes, y no solo de cuerpo, sino de mente, algo que Lesta Meis confiesa también en el prólogo de la obra cuando afirma: “Sempre me conmoveu fondamente a vida das nosas mulleres da aldea: tan traballadas, tan resignadas, tan bondadosas, tan resistentes. Por unha cousa non lles queda a outra. Las atenden ó da casa máis ó de fora. Para elas non hai cansanzo. Nada as rende: nada as fai ceder. Desde pola mañá astra a noite non teñen paraxe. Moitas veces teñen que face-los labores cun fillo no colo e outro a cegar…”.
Se perfila pues en esta obra el saber hacer de las labradoras gallegas de la época, al frente de las tareas más duras, que se llevan sin embargo con decisión y muchas veces aun con un cantar en los labios. Ellas, que ya en el tiempo en que se escribió “Abellas de ouro” hablaban de la independencia femenina por boca de la vieja Siña Farruca: “(…) como aquel perdevidas do Raposo, Vai a muller buscalo con bos modos e trátaa daquela maneira. A culpa tena ela. Eu non facía vida con el. Deixábao que o comera xuncras. Outra cosa non merecía. (…)”, todas ellas representan pues, más que nadie, el poder del matriarcado gallego, ese que mantuvo y aun hoy mantiene a flote muchos hogares, un matriarcado marcado por la fuerza, por el valor y sobre todo por el amor a los suyos, porque en definitiva este parece ser para Lesta Meis, el secreto que jamás hace virar el barco de una mujer gallega.

Cristina Corral Soilán

viernes, 2 de julio de 2010

LA IMAGEN DE LA MUJER EN LA PUBLICIDAD

LIMITACIONES EN EL LENGUAJE NO VERBAL:
LA IMAGEN DE LA MUJER EN LA PUBLICIDAD.

(Primera parte)

Uno de los elementos básicos de la interrelación humana lo constituye el acto de comunicarse. Sin embargo, cuando hablemos de este tema, es muy importante tener en cuenta que en la comunicación humana, entendida como el proceso mediante el cual se transmite información, se expresan e intercambian no solo pensamientos sino también sentimientos; va más allá de lo que conocemos como “comunicación verbal”, es decir el lenguaje hablado o escrito. La otra comunicación, la denominada “comunicación no verbal” constituye todo un universo en la transmisión de ideas y conceptos, especialmente aquellos que nos llegan sin que nos demos cuenta. Este es el motivo por el que los medios de comunicación y en especial la publicidad han hecho de la “comunicación no verbal” su instrumento favorito de llegada hacia lectores/as, oyentes y clientes/as. El problema, es que no advertimos que ese sentido de la comunicación influye en nuestras acciones cotidianas y en nuestra cultura y viceversa.
Los años 50 y 60 fueron un filón de anuncios machistas y totalmente denigrantes para el género femenino. Veamos…
¿No importa lo que ha pasado?


Estos es lo que podía pasar si el café no estaba fresco…

Una chica alrededor de casa…

Los medios gráficos eran una fuente inagotable de misoginia y sexismo. Con el advenimiento de la televisión, como nuevo medio de comunicación de masas, la situación, lejos de mejorar, empeoró. Y de esta manera, la televisión se convierte en otra fuente de adoctrinamiento y domesticación machista potenciando incluso el uso de la violencia…
Cocinas corcho, un único objetivo para la mujer: satisfacer a su marido…
Coñac soberano, una solución contra los golpes del marido…


Atendiendo a todos estos detalles, diremos que las mujeres, por desgracia, han adquirido a lo largo de estos años en el terreno publicitario una serie de roles, que en poco han contribuido a la lucha por una sociedad igualitaria. Mujeres probando detergentes, planchando afanosamente en la cocina o combatiendo una mancha incrustada de las famosas picotas, son las imágenes que se han acompañado de frases como: “¡estoy harta de tanto frotar!”. Frente a estas, veíamos a hombres viriles y sudorosos, que a las once y media se tomaban su refresco de turno mientras las mujeres desesperadas de tanto y tanto fregar le veían quitarse la camiseta.
Todas esas imágenes trasnochadas y afortunadamente demodé han hecho que a lo largo de estos años los distintos medios legislativos hayan trazado una tupida red en la que ya han caído muchas campañas publicitarias de muy poco gusto hacia el género femenino.
La primera vez que se produce un posicionamiento sobre los estereotipos sexistas en los medios de comunicación es en la IV Conferencia Mundial sobre las mujeres en Beijing durante el año 1995. Es en esta conferencia que se adopta como objetivo estratégico el “alentar a los medios de comunicación para que examinen las consecuencias de los estereotipos sexistas, incluidos aquellos que se perpetúan en los anuncios publicitarios que promueven la violencia y las desigualdades de género, así también de manera en que se transmiten durante el ciclo vital, y a que adopten medidas para eliminar esas imágenes negativas con miras a promover una sociedad no violenta”. De manera más reciente, concretamente el 26 de junio de 2007 el Consejo de Europa, a través de la Resolución del Parlamento del Consejo de Europa, propone que los Estados miembros amplíen sus legislaciones con el fin de acabar con el sexismo en la publicidad proponiendo que “se fomente la formación en esta materia de las y los profesionales de los medios de comunicación, se refuercen los sistemas de autorregulación incluyendo la presencia de representantes de las y los consumidores y se les forme para el análisis crítico de la publicidad, así como se habiliten teléfonos gratuitos y correos electrónicos para la denuncia de la publicidad que haga un uso de la imagen de las mujeres contrario a la dignidad humana; se establezcan premios fiscales para las compañías anunciantes que rompan los estereotipos sexistas y transmitan una imagen de igualdad entre mujeres y hombres, etc”.
Además, en este tiempo la Unión Europea ha adoptado un par de resoluciones al respecto, la 9934/95 del Consejo, del 5 de octubre de 1995 versa sobre el tratamiento de la imagen de mujeres y hombres en el terreno publicitario y los medios de comunicación, a través de ella se pretende que los Estados miembros ofrezcan una imagen diversificada e igualitaria de ambos géneros. La Resolución de Parlamento Europeo 258/1997, del 16 de septiembre de 1997, también trata el problema de la discriminación de la mujer en la publicidad, un tema que continúa instalando una “pedagogía” de la inequidad y que afecta fundamentalmente a la niñez.

(Segunda parte)

Uno de los elementos básicos de la interrelación humana lo constituye el acto de comunicarse. Sin embargo, cuando hablemos de este tema es muy importante tener en cuenta que en la comunicación humana, entendida como el proceso mediante el cual se transmite información, se expresan e intercambian, no solo pensamientos, sino también sentimientos; va más allá de lo que conocemos como “comunicación verbal”, es decir el lenguaje hablado o escrito. La otra comunicación, la denominada “comunicación no verbal” constituye todo un universo en la transmisión de ideas y conceptos, especialmente aquellos que nos trasladan sin que nos demos cuenta. Este es el motivo por el que los medios de comunicación y en especial la publicidad han hecho de la “comunicación no verbal” su instrumento favorito de llegada hacia sus lectores/as, oyentes y clientes/as. El problema, es que no advertimos que ese sentido de la comunicación influye en nuestras acciones cotidianas y en nuestra cultura y viceversa.
La ley en el Estado Español
En lo que al ámbito español se refiere ya el artículo 3 de la Ley Orgánica 1/2004 de diciembre de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género afirma que “es ilícita la publicidad que atenta contra la dignidad de la persona o vulnere los valores y derechos reconocidos en la Constitución, especialmente a los que se refieren a los artículos 18 y 20, apartado 4. Se entenderán incluidos en la previsión anterior los anuncios que presenten a las mujeres de forma vejatoria, bien utilizando particular y directamente su cuerpo o partes de sí mismo como mero objeto desvinculado del producto que se pretende promocionar, bien su imagen asociada a comportamientos estereotipados que vulneran los fundamentos de nuestro ordenamiento jurídico coadyuvando a generar la violencia a que se refiere la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género”.
A mayores de esto, la Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo, para la Igualdad efectiva entre mujeres y hombres, dedica un Título a los medios de comunicación y la publicidad. Sobre esta última versa el artículo 41 en el que se nos dice que “la publicidad que comporte una conducta discriminatoria de acuerdo con esta Ley se considerará publicidad ilícita, de conformidad con lo previsto en la legislación general de publicidad y comunicación institucional”.
Si la publicidad va dirigida a niñ@s y adolescentes la Ley nos dice que no basta con no discriminar, sino que va mucho más lejos. Según la Ley 25/1994 de 12 de julio de Televisión sin Fronteras en su reforma nos dice en su artículo 16.1 que “la publicidad o la tele venta dirigida a menores deberá transmitir una imagen igualitaria, plural y no estereotipada de mujeres y hombres”.
En fin, que el tema legal parece que está claro, aunque a pesar de ello cada vez que nos “conectados” a la televisión nos seguimos preguntando por qué aparecen campañas como las siguientes:
Airwick Animales
Una serie de animales, o más bien “animalas” aparecen como hacendosas amas de casa que gracias a este estupendo ambientador mantienen la unidad y la armonía de su hogar. De todos ellos destacaría dos, la versión de la pingüino en la que mientras ella mantiene la lozanía de su casa, su marido intelectual él, toca felizmente el piano. Y a destacar también la versión de la “pulpa” que hacendosa ella con sus miles de brazo hace todas las tareas de casa, atiende a l@s niñ@s, etc., vamos “un clásico” y claro como no al final de esta dura jornada, su recompensa es una taza de té.
Vídeos:

Wonderbra
Parece mentira que sea una marca de lencería dirigida a la clientela femenina aquella que se dedica a hacer del cuerpo de la mujer un mero objeto asociando de manera chabacana y por ende, ofensiva al deporte con sexo. Sin lugar a dudas las imágenes lo dicen todo…


La publicidad de la revista Ché


La visión de JBS Men´s Underwear de la mujer trabajadora


La cadena Media Markt animaba así a la selección de fútbol española, de nuevo fútbol y sexo.


Y para algun@s, léase Mercedes Benz, esta es la manera de anunciar un coche con más airbags.


Así anuncia Renault sus coches usados.
“Paula Hernández” 40 años, dos veces divorciada…


Habiendo legislación al respecto resulta incompresible que todavía sigan apareciendo publicidades de este tipo. Quizás nos preguntemos qué podemos hacer para evitar esta persistente manera de “usar” a las mujeres y de exponer los estereotipos de una masculinidad opresiva. Una buena opción es la denuncia a través del Observatorio de las Mujeres, que ha sido puesto en marcha por la Asociación de la Prensa de Cádiz, con él se propone “salvaguardar el tratamiento no sexista de la información, la opinión, las imágenes y la publicidad”, así “los observadores emitirán sus recomendaciones o dictámenes a modo de consejos que sirvan a los medios de comunicación para promover una sociedad paritaria que acabe con la invisibilidad de las mujeres”. Denunciar o expresar la indignación en función de una comunicación sexista resulta algo muy sencillo y puede lograrse cubriendo el cuestionario online que aparece en la siguiente dirección:
En esta tarea de consumidor@s responsables ha de ir encaminada nuestra conducta, consumir es nuestro derecho, pero ¿a qué precio?

jueves, 1 de julio de 2010

ENTREVISTA A BEATRIZ SOTELO SEQUEIROS, COCINERA

Entrevista a Beatriz Sotelo Sequeiros
“Cocinero del año 2008”

Entrevista: Cristina Corral Soilán


Fotografía: Ana María Rodríguez

“Soy una cocinera de sensaciones y recuerdos”

Así se define Beatriz, a sus 27 años y contenta de ostentar durante un par de éstos el título de “Cocinero del año”, después de haber sido la seleccionada de entre 80 grandes cocineros y cocineras. Esta gallega, que es de Ardán, lleva cocinando desde los diecisiete años, y es que tras su paso por la escuela de hostelería de Carlos Oroza en Pontevedra y mientras el sol de las playas tostaba a l@s chic@s de su edad, ella ya daba vida a muchos suculentos platos de verano.
En los últimos años y junto con la idea de dar un vuelco a su vida al frente del restaurante, A Estación en Cambre, al lado de Juan, su socio, decidió presentarse a este concurso culinario que pone al mando de la nave de los fogones a los mejores cocineros de España, y digo bien diciendo “los”, ya que el género femenino no abunda en este tipo de concursos…una lástima sobre todo estando en el país que inventó ese absurdo refrán de que “A muller e a sartén na cociña están ben”…

¿Cuál fue el primer plato que recuerdas haber hecho?

Pulpo, en A Centoleira, una marisquería de Bueu y aquí en A Estación, una pechuga asada de pato con patata fondant.

¿Siempre has tenido claro que querías ser cocinera?

La verdad es que pensé en hacer una carrera al acabar el bachillerato pero por no irme a Santiago…el caso es que la hostelería siempre me atrajo, sobre todo estar en la sala y así decidí matricularme en el Ciclo Superior de Carlos Oroza en Pontevedra.

¿Existe una tradición culinaria en tu casa?

Pues sobre todo por parte de mi abuela, es una gran cocinera aunque mi abuelo dice que los méritos son de él, porque al fin y al cabo él fue cocinero en la mili (risas). Unido a ello, el vivir en zona de mar hizo que fuese aprendiendo tradiciones gastronómicas muy arraigadas también a la cultura gallega, como el hecho de salir a pescar la xarda y hacer conservas con el excedente o aprovechar para hacer compota en época de manzanas, o platos con castañas en el otoño… algo que de no estar en una casa donde se aprovecha la comida quizás no heredase… reconozco que ahora cada día que entra el pescado por ejemplo, con mi mente busco el olor a ahumado, o los olores de la lareira y eso tratamos siempre de reproducirlo, aunque sea de manera inconsciente, no hay duda de que yo soy una cocinera de sensaciones y recuerdos.

¿Has dado muchas vueltas hasta llegar aquí, a Cambre?

Después de acabar el Ciclo Superior de Hostelería, trabajé en diversos locales de mi zona, Bueu, Marín, etc. y luego estuve en Casa Marcelo y en Toñi Vicente, en Santiago, además de salir a hacer algunas colaboraciones a París, a Frankfurt, etc.

¿Por qué te presentaste al concurso “Cocinero del año”?

La verdad es que al principio fue porque Juan, mi socio, me animó, hace tiempo que tenía los papeles en la mesilla olvidados, pero un día llegaron al local y supe que era el momento de dar un cambio a esta nueva andadura al frente de A Estación.

¿Y qué te parece el hecho de que el título sea “Cocinero del año” y sin embargo sea una cocinera la que lo haya ganado?

Pues la verdad es que cuando gané lo primero que dije fue que iban a tener que ponerle una arroba al título…y es que la verdad nadie esperaba que ganara una mujer, tan joven y gallega, sobre todo compitiendo con vascos y catalanes, estoy orgullosa… pero no competí con ninguna mujer, es raro que se presenten…

¿Por qué crees que sucede eso?

Creo que en general las mujeres somos menos competitivas, además también es verdad, que tal y como me sucedió a mí, cuando aun no tienes una vida establecida con familia, hijos y demás, tienes más libertad para hacer estas cosas, cuando las cosas cambian en casa es más difícil.

¿Alguna maestra o maestro?

La verdad es que no tengo ídolos, sí es cierto que hay mujeres que despuntan como Carmen Ruscalleda, o muchas otras que en general se mencionan poco… yo podría decir que he aprendido mucho de Marcelo, de Casa Marcelo, del que me acuerdo mucho, y también lo hago cada día aquí, de Juan, mi socio, llevar un negocio no es fácil y él es un maestro para mí.

¿Crees que es compatible esta profesión con la maternidad?

Yo aun no pienso en eso, pero creo que sí, que todo es compatible, de hecho en mi caso, Braulio, mi marido también es cocinero, pero como es profesor se encargará él porque su horario es más flexible que el mío.

¿Qué cualidades ha de tener una buena cocinera?

Paciencia sobre todo y poner mimo y cariño en lo que hace.

¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta cocinar?

Los pescados, quizás por herencia familiar, y lo que menos, hacer huevos fritos o empanar filetes.

¿Y comer?

Pues de todo, soy de buen diente, aunque me gusta más picotear que comer, la verdad.

Comer en tu casa será un placer ¿no?

Pues la verdad es que aunque no lo creas no cocinamos demasiado, porque yo suelo comer aquí, en el restaurante y cuando vamos a casa de la familia siempre cocinan ellos, así que en casa poco.

¿Qué es lo más duro de esta profesión?

La falta de tiempo para tu vida personal. Es imposible apuntarte a hacer nada porque siempre has de estar aquí y pendiente de todo. Yo por ejemplo, que tocaba la gaita, intenté seguir con la afición, pero me fue imposible por lo incompatible de los horarios con la vida en el restaurante.

¿Irás a otros concursos?

Si surge no te digo que no, pero con calma…

Un consejo para futuras cocineras.

Ser valiente y tirar para delante si esto es lo que verdaderamente te gusta, porque hay que dedicarle muchas horas y solo con amor a lo que se hace es posible salir adelante.

CLARA CAMPOAMOR, DERECHO A VOTO





Clara Campoamor, la mujer que hizo posible que las mujeres votáramos en España, nació el 12 de febrero de 1888 en el seno de una familia humilde del madrileño barrio de Maravillas. Por motivos familiares no pudo estudiar, lo que le llevó a desarrollar diversos trabajos antes de acercarse al mundo de la política. A los 21 años entró a formar parte del Cuerpo de Correos y Telégrafos tras aprobar unas oposiciones. Más tarde, también opositando, se convierte en profesora de adultas en el Ministerio de Instrucción Pública, donde solo enseñará taquigrafía y mecanografía al no disponer del título de Bachiller. Trabaja de manera simultánea como mecanógrafa en el Ministerio y en el diario maurista La Tribuna como secretaria del director, Cánovas Cervantes. Será a través de este trabajo que Clara comience a descubrir su pasión por la carrera política. Así, a los 34 años, obtiene el título de Bachiller y con 36 se licencia como abogada, una de las primeras de todo el Estado.

Los orígenes del voto femenino en España

Transcurre en España el verano de 1907 cuando con motivo del debate parlamentario sobre la reforma electoral empiezan a sonar campanas de renovación y dos grupos minoritarios presentan en el parlamento enmiendas en favor del voto femenino. Es cierto que ninguna de las propuestas plantea el voto en igualdad de condiciones entre hombre y mujer, y que sólo nueve diputados votarán a favor, pero este hecho permitiría que se encendieran los motores para que un año más tarde siete diputados republicanos volvieran a la carga proponiendo una nueva reforma: “podrán votar en las elecciones municipales - pero no ser elegidas - las mujeres mayores de edad emancipadas y no sujetas a la autoridad marital”. Veinte votos harán que la propuesta sea rechazada de nuevo. No obstante, y aunque estas propuestas no pudieron seguir adelante, son muchos los medios de comunicación que dan valor a esta avanzadilla por la democracia publicando textos relacionados con el “voto femenino”.
Durante estos años, tendrá lugar además la aparición de múltiples asociaciones de mujeres que luchan por sus derechos como la Asociación Nacional de Mujeres Españolas (ANME), la Liga para el Progreso de la Mujer, la Unión de Mujeres de España (UME), etc. y es que en aquel momento el voto femenino constituía ya un importante elemento del debate público.
En noviembre de 1919, el diputado conservador Burgos Mazo presentó un nuevo proyecto de ley electoral; este otorgaba el voto a: “todos los españoles de ambos sexos mayores de 25 años que se hallen en el pleno goce de sus derechos civiles” incapacitando, eso sí, a las mujeres para ser elegibles, además establecía dos días para celebrar los comicios, uno para los hombres y otro para las mujeres. Sin embargo, este nunca llegaría a debatirse pues el golpe de Primo de Rivera el 13 de septiembre de 1923 acabaría con el primer intento de avance de este proyecto.

Clara Campoamor y el voto de la mujer

Después de que Alfonso XIII abandonara su trono y tras el triunfo de la República, se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes y aunque solemos leer que la República dio el derecho al voto a la mujer, no fue todo color de rosa.
La II República supuso un retroceso frente al derecho de voto femenino parcial otorgado por Primo de Rivera, pues es cierto que en 1931, la mujer pudo ser elegida pero no electora. Es en este momento en el que Clara Campoamor sale elegida diputada en las listas del Partido Radical, que sigue su ideal político: es republicano, liberal, laico y democrático. Como diputada pelea por la no discriminación por razón de sexo, la igualdad legal de los hijos e hijas, dentro y fuera del matrimonio, el divorcio y en especial por el triunfo del voto femenino.
En este momento la izquierda, exceptuando un grupo de socialistas y varios republicanos, no quería que la mujer votase porque su cercanía a la Iglesia podía dar el triunfo a la derecha, ésta, que aunque no estaba de acuerdo con que “ellas” votasen, lo aprobaba porque creía que podía salir favorecida políticamente.
Estando así las cosas, el partido Radical Socialista enfrentó a Clara Campoamor en un arduo debate con la diputada Victoria Kent, esta última en contra del voto femenino. Campoamor saldría victoriosa del debate, y a pesar de no contar con mayoría en cuanto a votos, obtendría el apoyo de la minoría derechista, la mayoría del PSOE y de algunos republicanos, no sin polémicas, incluso en el parlamento, tras ser aprobado el famoso artículo 34 que daba a las mujeres el derecho a votar.
Tras estos hechos, en una nueva ocasión Victoria Kent y los radicales intentaron arrebatarle el triunfo a Campoamor a través de una enmienda constitucional, pero Clara desestimó este hecho. A pesar de ello, aún habría un último intento de impedir el voto femenino por el que Clara Campoamor luchó siempre: fue cuando la derecha abandonó el Parlamento por la Ley de Congregaciones. Con esta enmienda se pretendía que la mujer no pudiera actuar en elecciones legislativas hasta que se hubieran celebrado, por dos veces, elecciones municipales, retrasando así el “sufragio universal”. Clara Campoamor ante aquella enmienda, tal y como ella misma afirmaría, adoptó una defensa de la mujer a través de la defensa de la Constitución, de una manera tan loable que le valió de nuevo la victoria por solo cuatro votos.

Apoyándose en el PSOE y en algunos republicanos de derecha, derrotó a los socialistas de Prieto y a los republicanos de su propio partido, el Radical, el Radical Socialista y el de Azaña; esto supuso un gran escándalo político que degeneraría finalmente en el hecho de que en el año 1933 la CEDA (Confederación española de derechas autónomas) ganara las elecciones y Lerroux formara gobierno. La derecha achacaría esta victoria a Clara Campoamor, que después de esto no consiguió renovar su escaño y comenzó a partir de aquí un periplo que la llevaría a la decrepitud política.

Clara decide abandonar al año siguiente el Partido Radical, entre otros motivos por su subordinación a la CEDA, y cuando en el 34 solicita ingresar en Izquierda Republicana no solo le abren expediente sino que además votan en público su admisión, que fue denegada para su humillación.
A pesar de que el Frente Popular ganó las elecciones gracias al voto femenino que Clara Campoamor consiguió para todas las mujeres, ella no consiguió entrar en las listas. Es en ese momento, en el año 1935, cuando Clara Campoamor publica con valentía uno de los libros de política más interesantes escritos en España: Mi pecado mortal. El voto femenino y yo, en el que cuenta todos sus avatares para llevar a cabo la consecución parlamentaria del sufragio universal.

El inicio de la guerra la hizo huir de Madrid ante el miedo a ser paseada por los republicanos con los que ella misma había luchado. Vivió en París y más tarde en Buenos Aires donde se hizo traductora y conferenciante, además de biógrafa de Concepción Arenal, Sor Juana Inés de la Cruz y Quevedo.
Clara Campoamor quiso volver a España a finales de los años 40, pero corría serios riesgos de ser encarcelada.

En 1955 se instaló en Lausanne (Suiza), trabajando en un bufete hasta que perdió la vista. Murió de cáncer, triste y en total soledad en abril de 1972.


Cristina Corral Soilán

Bibliografía

www.almendron.com/historia/contemporanea/sufragismo/sufragismo

joseantoniobru.blogspot.com/2007/03/de-emmeline-pankhurst-clara-campoamor

www.segundarepublica.com/index.php

es.wikipedia.org/wiki/Clara_Campoamor

es.wikipedia.org/wiki/Eva_Per%C3%B3n

VILARDELL V., Clara Campoamor la sufragista, Colección Sabelotod@s Madrid: Editorial Rompecabezas – Raíz de dos más 1, 2007.

CAMPOAMOR, C., La revolución española vista por una republicana, ed. y trad. de Luis Español Bouché, Sevilla: Espuela de Plata, 2005.

El voto femenino y yo. Mi pecado mortal. Colección La cosecha de nuestras madres, Madrid: Horas y HORAS la editorial, 2006.

¿MUJERES EN LAS LETRAS GALLEGAS?

Cada 17 de mayo celebramos desde el año 1963 el día de honra de nuestras letras. Aunque tan sólo sea un día al año, damos ánimo de todos aquellos que a lo largo de nuestra vida, cogemos un lápiz para escribir un poema, un relato o unas letras en nuestra lengua: el gallego.
Fueron tres hombres de la Real Academia Gallega (RAG), Francisco Fernández de él Riego, Manuel Gómez Román y Jesús Hierro Couselo, los causantes de que se instaurara esta fecha, la del 17 de mayo, como Día de las Letras Gallegas. Los tres pusieron las miras en una mujer para situarla como abanderada de este día de homenaje a nuestras letras: Rosalía de Castro.

Se celebran en el año 63 los cien años de la publicación del libro “Cantar Gallegos” de la más grande autora gallega. Atendiendo a esta idea, los miembros numerarios someten pues la consideración de la junta general de la RAG, la propuesta de declarar el día 17 de mayo, Día de las Letras Gallegas por ser a partir de la publicación del libro de la padronesa, cuando @s galeg@s recuperamos parte de nuestro ser galeg@s.

Nada más ilustrativo para entender el valor de la obra rosaliana que la propuesta literal de los académicos:

(…) 1º.- Todos sabemos que o libro rosalián editado en 1863, ten sido a primeira obra mestra con que contou a Literatura Galega Contemporánea. A súa aparición veu a lle dar prestixio universal á nosa fala como instrumento de creación literaria. Representa, pois, un fito decisivo na historia da renacencia cultural de Galicia.
2º.- A celebración do centenario diste acontecemento, convida a reconsiderar o siñificado do mensaxe transmitido nos "Cantares". Un mensaxe que, tanto como espírito e pobo, tanto como universalismo e galeguidade, foi, esteticamente, un mensaxe de palabra e poesía.
3º.- Velahí por qué, ademais dos aitos conmemorativos que se organicen pra reaitualizar na conciencia das xentes o acento de tal mensaxe, a Academia -como órgano oficial da nosa cultura- debería consagrar, con caracter de perdurabilidade, o simbolismo da data nunha celebración anual.
4º.- O mellor xeito de o conseguir sería que acordase declarar Día das Letras Galegas, o 17 de maio de cada ano, a partir do presente. Contaríase así, pra o porvir, cunha xornada oficialmente adicada a honrar ós nosos libros. O día 17 de maio de cada ano viría ser a data destinada a recoller o latexo material da actividade inteleitual galega.
5º.- Ninguén descoñece que o libro ten unha forza simbólica extraordinaria. Sendo a amosa máis reveladora do nivel cultural dos pobos, non é de estranar o afán de esparexelo e de lle abrir camiños pra ensanchar o ámpido dos seus leitores. No caso de Galicia, ningunha data máis axeitada pra enaltecer e difundir o libro eiquí producido, que a que conmemora a pubricación da obra coa que se encetou o prestixio contemporáneo das Letras galegas. (…)1

Tras ser aprobada la propuesta, la figura literaria de Rosalía dará el pistoletazo de salida a una celebración en la que cada año se honra la un/una autor/autora. Resulta sin embargo paradójico usar en este caso el femenino al incluso nivel que el masculino, ya que en cuarenta y seis años de letras gallegas, pocas son las mujeres a las que se tiene homenajeado, tan pocas que la proporción es ridícula ¡3 de 46!, con esta cifra poco más nos quieta que argumentar...

Así que vaya desde nuestras páginas el sentido recuerdo un año más a la iniciadora de estos homenajes, a nuestras letras, Rosalía de Castro, y por supuesto a las pocas que ya fueron y a las muchas que deseamos que sean.


1 www.realacademiagalega.org/letters/GoToHistory.do

LA COEDUCACIÓN. PINCELADAS LINGÜÍSTICAS SOBRE EL USO DEL GENÉRICO

La lengua puede ser de todas y de todos: no es un sistema rígido, cerrado a cualquier mutación sino, al contrario, el cambio está previsto en sus mismas estructuras; es un sistema dinámico, un medio flexible, en continua transformación, potencialmente abierto a escribir en él, infinitos significados y por ello prevé también las expresión de la experiencia humana femenina.

FRANCESCA GRAZIANI

No ha sido hasta bien entrado el siglo XX que dos de los principios ilustrados, igualdad y libertad, se han empezado a pensar para las mujeres en el ámbito escolar. Hasta entonces solo se pensaba en educar a la mujer para llevar a cabo un rol social limitado al espacio doméstico, de ahí que desde los inicios la educación entre niñas y niños fuera completamente diferente.
Echando la vista atrás recordaremos que hasta 1783 las niñas en el Estado español no podían ir a la escuela. Carlos III permite entonces la escolarización, atendiendo a que ellas fueran buenas esposas y madres, mientras que ellos se encargaban de aportar el bienestar económico y tomar decisiones para su familia. Podemos decir que el carácter obligatorio de la escuela para niños y niñas aparecerá definitivamente en España gracias a la Ley Moyano, en 1857. La escuela mixta, por su parte, llegará en 1909 gracias al Real Decreto del 26 de octubre.

Escuelas mixtas vs. escuela educativas

A pesar de todo lo dicho no hay que confundir ni asociar el término escuela mixta con escuela coeducativa, pues el agrupamiento de niños y niñas en un mismo lugar no implica la existencia de una enseñanza justa e igualitaria, tanto es así que más allá de la aparente neutralidad a mediados de los años ochenta empezarán a aparecer en el país los primeros trabajos de autores que cuestionan el modelo existente de escuela mixta, como es el caso de Santos Guerra o Subirats y Brullet . A través de ellos vemos cómo el sistema de educación va engendrando papeles y roles totalmente diferenciados entre chicos y chicas, que no hacen más que remarcar las diferencias sociales entre ambos, de manera que la escuela se limitaba solamente a reproducir el orden social preestablecido.
Podemos partir pues de la idea de que desde los orígenes del sistema educativo, la manera de tratar a niños y niñas fue muy diferente.

Coeducar vs. Educar

Afortunadamente en la actualidad se abre para las/los docentes una valiosa arma en contra de las desigualdades en el terreno educativo. Junto a la idea de “educar”, es decir, potenciar el desarrollo de todas las posibilidades y actitudes de una persona, se nos ofrece la de “coeducar”, en palabras de Montserrat Moreno: “cooeducar no es yuxtaponer en una misma clase a individuos de ambos sexos, ni tampoco es unificar, eliminando las diferencias mediante la presentación de un modelo único. No es uniformizar las mentes de niñas y niños sino que, por el contrario, es enseñar a respetar lo diferente y a disfrutar de la riqueza que ofrece la variedad. Vemos por lo tanto que la idea de coeducación es más amplia y rica que el que se le otorgó a la enseñanza mixta.
Remarcando esta definición, conviene destacar el importante papel de la escuela y de las maestras y los maestros en la lucha por esta educación no sexista, abriendo caminos y neutralidades en el alumnado de manera que repercutan en el cambio social. Muchos se preguntarán ¿cómo hacerlo?, pues un ejemplo sencillo por el que empezar podría ser la modificación del Curriculum Oculto, es decir de “las normas y valores que son implícitas pero eficazmente enseñadas en la escuela y de las que no suele hablarse en las declaraciones de fines u objetivos del profesorado”. En él, el sesgo de género se ve modificado inconscientemente en cuestiones como los materiales empleados que tienden a ser sexistas, tanto a través de dibujos como de contenido o de lengua. Basta con fijarse en la manera en que se expresan los contenidos en frases tales como: “a las mujeres les concedieron el voto tras la I Guerra Mundial”, cuando lo correcto sería afirmar “las mujeres consiguieron el derecho a voto tras la I Guerra Mundial”.

Como afirma Montserrar Moreno siguiendo con los conceptos históricos podemos leer en un libro de historia que "la característica fundamental de la cultura griega es el concepto de la libertad del hombre" cuando “el texto no menciona en ningun momento que las mujeres atenienses no tenían -al igual que los esclavos- derecho a votar ni a participar en ningún cargo del gobierno. La palabra "todos" se refiere, pues, exclusivamente a aquellos individuos de sexo masculino que tenían la calidad de ciudadanos atenienses, con lo cual no nos queda la menor duda de que el libro en cuestión cada vez que habla de "hombre" se está refiriendo a "varón" y que a la mujer ni tan siquiera se toma la molestia de mencionarla aunque sea para decir que no poseía ninguno de los derechos que atribuye a "todos" los atenienses. El desprecio total a la mujer es, pues, la característica del texto, que se pretende educativo”.

El androcentrismo centrado en el uso del genérico

Con relación a lo dicho anteriormente es necesario hacer hincapié en un controvertido tema a este respecto como es el del uso en la escuela del genérico masculino. En castellano y en gallego se tiende a usar el masculino para referirse indistintamente a ambos sexos, así, en la escuela, abunda el uso de “profesores” y “alumnos”, incluyendo en ambos casos también al género femenino. En la práctica cabría preguntarse ¿por qué esta falta de reconocimiento verbal al género femenino en la escuela cuando son “ellas” en un amplio porcentaje las que se dedican a la enseñanza y las que en mayor número pueblan la escuela?

Muchos sectores se oponen al uso masculino y femenino afirmando que esto supone un atentado contra la economía expresiva inherente al lenguaje humano. Sin embargo, cabe recordar que esta idea de la economía en el uso del lenguaje no es un valor en sí mismo, sino que tiene sentido o no en función de las intenciones del texto, de la situación, etc. La economía del lenguaje está bien cuando hablamos de anuncios por palabras, eslóganes o breves en un periódico pero ¿por qué suprimir palabras cuando su eliminación del discurso supone la eliminación de una parte de este?
Es necesario en este sentido ser muy conscientes de que es fundamental incluir al género femenino en el momento de decir, de nombrar, porque la riqueza de la lengua nos facilita, en favor de esa economía lingüística que algunas/os usan como disculpa para obviar a las mujeres en sus discursos, un sinfín de términos genéricos que incluyen tanto al masculino como al femenino ¿qué tal “profesorado” en vez de “profesores”? ¿o “alumnado” en vez de “alumnos”?

Conviene por lo tanto recordar y en especial por parte del profesorado y de cara al alumnado, que aquello que no se nombra no existe y las chicas, las maestras, las directoras, las jefas de estudios o de departamento, las subdirectoras, las bedelas, las orientadoras, las psicólogas y un amplio número de mujeres estamos presentes en las aulas…así que por favor ¡nómbrennos!

ENTREVISTA A LOLA GARCÍA ROMANELLI, RETACERA

LOGARO, UNA VIDA ENTRE TELAS

Entrevista a Lola García Romanelli, artesana retacera



El taller de Lola está lleno de vida. Cuando te adentras en él todo es luz, color, lanas, hilos, telas… y no puedes dejar de mirar a las paredes, a las estanterías, a las cestitas que llenan cada espacio, porque en todo lo que Lola toca hay siempre algo que ver, que si una cajita de tela, que si un cajón en el que estás deseando revolver, que si un aparato de hacer calcetines… El taller de Lola es como el juguete soñado que todos y todas quisimos tener alguna vez, y lo mejor de todo es que cada cosa forma parte de su historia personal, de esa que como ella misma dice va del diseño industrial a la costura y finalmente acaba desembocando en el patchwork, o en la “retacería” que es como se le llama en España. En fin, que no nos hace falta ver su carta para saber que ante Lola de Logaro estamos con una artesana de los pies a la cabeza.

Para los no iniciados ni iniciadas ¿cómo definirías el patchwork o la retacería? ¿En qué consiste?

Desde mi punto de vista, la retacería, que habitualmente se conoce como patchwork consiste en la construcción de piezas textiles a través del reciclaje de telas, basadas principalmente en diseños con figuras geométricas. Se podría decir que yo trabajo con las cosas que a otros les sobran, por ejemplo catálogos de camisas que los fabricantes envían a las fábricas y que luego se tiran, o patrones que han salido mal y no sirven para montar la pieza… pues con esas telas construyo yo mis piezas.


¿Cuánto tiempo llevas haciendo patchwork?

Pues ya hace unos catorce años. La verdad es que yo me dedicaba a la ingeniería, colaborando en diversos proyectos de investigación, porque esa era la profesión que yo había estudiado, pero con el cambio de gobierno se recortó el pago a los investigadores e investigadoras y tuve que dejarlo, así que entre otras cosas empecé a trabajar en el sector textil, sobre todo por necesidad económica. Pero cansada de hacer ropa me apunté a un curso de telar: La profesora, que era americana nos comentó que su hermana era muy aficionada al patchwork. Cuando me explicó qué era esto despertó mi curiosidad, sobre todo por el tema de las figuras geométricas realizadas con tela en estas piezas y me apunté a un curso de patchwork con Rosario Casanova en Gerona en el año 94. Así hice mi primer curso y desde entonces ya no lo he dejado.

¿Cuándo fue la primera vez que recuerdas haber tenido una tela en la mano?

Vengo de una familia humilde, y la verdad es que cualquier recurso que proporcionase ingresos era bienvenido, así que mi madre ha hecho desde siempre trabajos con tela, lana, etc., con lo cual mi primer juguete ha sido una tela. En mi casa somos mañosos, mi padre de no ser chapista habría sido un excelente escultor del metal y mi madre igual, por eso nos ponía a todos a ayudarle. Cuando hacía bordados de nidos de abeja en vestidos, mi padre pasaba los hilos, mi madre bordaba y nosotras quitábamos los papeles cuadriculados que soportaban el bordado como si de un juego se tratase. Recuerdo con cariño y agradecimiento el hacer del trabajo artesano un juego en familia.

Como marca has elegido “Logaro” ¿Por qué? ¿Qué significa?

Pues es mi seña de identidad, algo tan simple como las iniciales de mi nombre, Lola García Romanelli, es lo que conforma mi universo, desde que firmaba los ejercicios del colegio hasta que ahora he puesto en funcionamiento mi propia marca de productos artesanos. Logaro soy yo misma.

¿Está reconocida esta profesión como tal?

Se valora mucho por el trabajo que implica, aunque no es muy conocida porque es relativamente reciente en España, y en Galicia, que es donde yo trabajo. Aquí hay mucho desconocimiento acerca de ella. Es cierto que hay gente que recuerda cosas similares en casa de sus abuelos. En general hay que reconocer que Galicia es una comunidad que valora el trabajo de los artesanos, quizás esta fue una de las razones que me llevó a querer obtener la carta de artesana aquí, pues mientras en otras zonas las cartas se pagan en Galicia has de demostrar que vales o bien con tu trabajo o haciendo horas de la artesanía a la que quieres representar… en esta comunidad se está potenciando bastante el trabajo artesanal, de hecho yo realicé aquí el primer curso de retacería de la Fundación Centro Galego de Artesanía y eso ya es un paso.

¿En qué lugar del Estado encuentras más vestigios de esta técnica, la retacería?

Donde se ha cultivado más esta actividad es en Cataluña, ellas/os son muy vanguardistas y aparte el mercado textil en general es muy amplio, pero en lo que a tradición se refiere dentro del país hay que hablar de Logroño y de las “almazuelas”. Ésta es una técnica de retacería típica de la zona que también consiste en unir pequeños trozos de tela y posteriormente acolcharlos, algo que ha estudiado y trabajado Lola Barasoaín socia fundadora en 1998 de la A.E.P. (Asociación española de Patchwork).
Me resulta extraño que en Galicia que también hay una buena tradición de artesanía y textil, no exista, aunque probablemente se deba a un tema de desaparición de vestigios por ocultismo o vergüenza. No hay que olvidar que aquí las modistas trabajaban con ayudantas, estas les sisaban tela para hacer ropas y esas prendas había que ocultarlas, porque una pieza hecha de restos era algo en cierta manera de segunda categoría y vergonzoso, por eso también era lo primero de lo que se deshacían al mudarse de casa. Al fin y al cabo la imagen era algo que se cuidaba mucho.

¿Qué cualidades ha de tener un/una bueno/a retacero/a?

Sobre todo paciencia, en contra de lo que cree la gente, no es necesario tener una técnica de costura amplia, la forma de coser retacería es muy sencilla y diferente a la forma de coser convencional. Pero sin embargo la paciencia es necesaria para escoger el diseño, seleccionar las telas, buscarlas, esperarlas, encontrarlas, recortarlas, componerlas. La habilidad se consigue entrenando, pero la paciencia es algo que hay que tener como base para hacer patchwork. También es bueno ser creativo/a, de hecho la personalidad queda fuertemente reflejada en las piezas que cada uno/a hace, en formas, en colores e incluso los estados de ánimo de cada momento.

¿Quién quiera dedicarse a esto con qué ha de contar?

Regla, lápiz, tijeras, alfileres, papel cuadriculado, cartón, materiales básicos y telas que quieras reciclar. Es cierto que si te dedicas a comprar telas, no es una actividad barata porque se ha creado en torno a la retacería un mercado en ocasiones innecesario. Te facilita la tarea sí, pero concibiendo el patchwork como una actividad de reciclaje. Como es mi caso resulta sencilla y accesible y no es necesaria tanta parafernalia.

Has trabajado y aprendido con comunidades fuera del Estado, como por ejemplo con los amish, ¿cómo fue esa experiencia?

Pues estuve con ellos hace diez años, y este año he vuelto de nuevo, lo más interesante en cuanto a patchwork es su técnica y lo más llamativo es su atemporalidad, sus quilts o mantas que en cien años no han variado los diseños, ni los colores, que son muy específicos en sus labores, pero su técnica es impecable, algo digno de aprender. Tienen una filosofía de color increíble, algo que llevan hasta a las coladas en sus tendales, pero a pesar de todo ello sus piezas encajan en cualquier ambiente decorativo, sea moderno o rústico. Una pieza amish siempre va a quedar bien…
Además de esto, de los amish y de su manera de trabajar saco esa idea de la intercomunicación entre aquellos/as que participan en la elaboración de una pieza, es una manera de charlar, de compartir, de saber del/la otro/a, una filosofía que yo me he traído para mis clases…

¿Cuál es tu pieza favorita? ¿Hay alguna a la que le tengas especial cariño?

Una pieza en la que he hecho la casa donde nacieron mis hijos, de todas maneras todas son especiales, sobre todo porque son un reflejo de mi vida. Cada una ha tenido su momento especial en ella, de hecho viendo las piezas me acuerdo de por donde iba mi vida.

¿A qué publico van destinadas tus piezas? ¿Son encargos o las haces tú como creación espontánea?

Pues hay de todo, a veces recibo encargos de casas de turismo rural para decoración, otras veces piezas que tengo ya hechas se venden en ferias y en otras ocasiones por ejemplo en caso de bodas o celebraciones diversas me las encargan como regalo conjunto de varias personas. También hay particulares que quieren piezas concretas y se las hago. En general es un público de mediana edad y con posibilidades económicas, porque el trabajo artesano implica una inversión.

¿Y dónde se pueden adquirir? ¿haces exposiciones?

Pues fundamentalmente es a las ferias a donde llevo mi material tanto en el Estado como es el caso de la Feria de Artesanos de Ourense o internacionales, como Los Juegos Náuticos Celtas, que cada año se celebran en un lugar diferente, en su última edición en la Bretaña francesa, allí también estuvo Logaro. Y por supuesto a través de Internet.
También hago de vez en cuando exposiciones como ha sido el caso del Liceo de Ourense o el Museo Textil de Allariz, cualquier escaparate es bueno para un/a artesano/a.


¿Te ves dedicándote a esto siempre?

Bueno, la verdad es que en Logaro no hay solo patchwork, es algo que va abarcando muchas cosas, en Logaro se hacen complementos y accesorios de todo tipo. De hecho actualmente estoy muy centrada en esto, y es algo que está saliendo al mercado con mucha fluidez y que llevo a ferias y tiendas, concretamente la última feria ha sido el showroom de El Ojo Atómico en Madrid, una feria del Antimuseo de Arte Contemporáneo que ha sido un exitazo. No sé, la verdad es que esto es lo que me gusta hacer y sí, me veo dedicada siempre a esto, por algo dejé la ingeniería. La artesanía es sin duda alguna mi vida.



Más información:

www.logaro.com
www.loladelogaro.blogspot.com/

MATILDE LANDA


Matilde Landa

La lucha de una mujer contra el franquismo

(Primera parte)


Matilde Landa Vaz, nació en Badajoz el 24 de junio de 1904. Que no recibiera las aguas bautismales, como así fue, ya resultó cuanto menos extraño en su momento, sin embargo su inscripción en el registro civil estuvo atestiguada por dos grandes amigos de la familia: Narciso Vázquez Lemus, al que se le llamó “el apóstol del socialismo en Extremadura” y Manuel Barriga Soto, poeta y periodista.

Todo ello es una buena metáfora acerca del ambiente en el que Matilde sería criada. Su abuela era hija de la afamada poeta pacense Carolina Coronado y el padre de Matilde tenía además una fuerte vinculación con la Institución Libre de Enseñanza (ILE) ya que a través de sus estudios forjó amistad con Francisco Giner de los Ríos y Manuel Bartolomé Cossío entre otros, llegando a formar parte del primer grupo de accionistas del Boletín de la ILE, publicación e institución que sería un referente para la educación de todos sus hijos, incluyendo Matilde, que estuvo dentro del krausismo y de la ILE.
Anotaremos aquí a tales efectos que Jacinta, una de las hermanas de Matilde y maestra, estuvo además casada con el filósofo e intelectual Xohán Vicente Viqueira, discípulo de Giner de los Ríos, profesor de la ILE e ilustre galleguista, miembro de las Irmandades da Fala de A Coruña y colaborador de A Nosa Terra.

No hay que olvidar que la relación de la familia Landa con Cossío daría como fruto la amistad de Matilde con la hija de éste, Julia Cossío López con la que pasaría muchos veranos en un pazo que la familia tenía en San Fiz de Vixoi, en Bergondo (A Coruña).

Matilde ya desde su adolescencia mostraba un carácter de enormes inquietudes, muy interesado en conocer y aprender, de hecho hay constancia de unas traducciones suyas con 16 años de los cuentos de Alphose Daudet en La Región Extremeña, pues leía francés desde los 13 años. Por eso en cuanto pudo mostró su decisión de comenzar a estudiar primero en la Escuela de Comercio de A Coruña y más tarde en Madrid, viviendo en la Residencia de Señoritas relacionada con la Residencia de Estudiantes, dirigida por María de Maeztu. La salud hizo que sus estudios se interrumpieran teniendo que marcharse a Salamanca donde aprovecha para leer y entablar amistad con el librero de la generación del ‘27, León Sánchez Cuesta. Volverá a Madrid en 1929 donde se licencia en Ciencias Naturales en la universidad, lugar en el que se afianzarían sus ideas republicanas y progresistas.

En el año 1930, Matilde se casa con Francisco López Ganivet, sobrino de Ángel Ganivet Garcíua, precursor de la Generación del ‘98. Residieron en la Colonia de la Residencia un lugar próximo a la Residencia de Estudiantes y en el que vivían parte de los intelectuales de la época. Fruto del matrimonio nacen Carmen en 1931 y Jacinta en 1933, aunque esta última fallecería a los pocos meses de su nacimiento. La educación de su hija Carmen estuvo siempre adscrita a la ILE y de ella se conserva una colección de cartas escritas por su madre que han sido fundamentales para la reconstrucción biográfica de Matilde Landa. Durante estos años poco se sabe de su profesión aunque se sabe que a finales de la República trabajaba en un laboratorio como empleada del doctor Gonzalo Rodríguez Lafora.

Desde que en 1931 el Partido Comunista (PC) habló de las excelencias de la democracia republicana en España, Matilde, como tantas otras mujeres, optó por implicarse en cuestiones políticas atraídas por el modelo socialista soviético. Así en 1934 Matilde participa en el congreso fundacional del Comité Nacional de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo. Además en este año Matilde se afiliaría al Socorro Rojo Internacional (SRI), organización vinculada a la Internacional Comunista, que realizaba campañas de apoyo a los prisioneros comunistas y que reunía apoyo material y humanitario en situaciones especificas. La Sección Española del SRI había sido fundada en 1923 y su principal actividad había consistido en la ayuda a los presos y la realización de campañas por la amnistía. Su apoyo al SRI fue el cauce de entrada de Landa en el PC en el año 1936.

Al estallar la Guerra Civil Española Matilde se puso al servicio de su partido y se enroló en el batallón femenino del Quinto Regimiento de Milicias Populares, que siguiendo la idea de Dolores Ibarruri, pretendía que las mujeres combatieran en el frente como lo hacían los hombres.

Finalmente esta iniciativa fracasó por el rechazo de sus compañeros hombres. Y aunque Matilde aprendió a usar fusil, pistolas y lanzar granadas, se encargaría finalmente del personal del Hospital Obrero u Hospital de Maudes, y así el SRI se encargaría de formar una potente estructura sanitaria. Allí fue donde Matilde se ganó el apodo de “Monja Laica” que usaban los médicos debido a su carácter apacible, calmado, cariñoso y resuelto a pesar de ser ella quien intervenía en todos los conflictos del hospital, tanto en los políticos, económicos o de abastecimiento.

En el ‘36 debido al avance franquista el Hospital de Maudes fue evacuado, y Matilde se marcha a Valencia para reorganizar el SRI. En el ‘37 Matilde será la responsable del auxilio a los refugiados, concretamente de la evacuación de niños y de la inspección de colonias infantiles y comedores.

Es muy importante su presencia en el cuartel general de las Brigadas Internacionales, en Albacete, también en Madrid, en Extremadura, en Aragón, en Córdoba, y especialmente en el avance de la ofensiva sobre Málaga, donde los testimonios orales recuerdan que gracias a su carácter firme consiguió que las mujeres y niños/as pudieran subirse de manera prioritaria a los camiones frente a la avalancha de personas.

Su salud se debilitaba pero ella rechazó la posibilidad de que el partido la retirara a París. Tras dejar el cargo de Tesorera del Patronato de la Casa Central de Maternidad-Escuela Oficial de Matronas de Valencia, Matilde solicitó participar en la evacuación del Principado, pero no fue posible debido a problemas de transporte y de salud de ésta. Aún así, momentáneamente repuesta, en abril del ‘38 realizaría tareas de apoyo a los refugiados republicanos de la zona de Mérida. En ese mismo mes se incorpora a la sección de Información Popular de la Subsecretaría de Propaganda del Ministerio del Estado, colaborando además durante estos meses con las organizaciones antifascistas extremeñas organizadas en la zona republicana.

Durante el verano de ese año será miembro de la Junta Directiva de la Casa de Extremadura en Barcelona. Su frenética actividad por diferentes ciudades del Estado español marcó sus ausencias y le hizo tomar la decisión de enviar a su hija Carmen a la Unión Soviética hasta el final de la guerra. Esta actividad que parecía desbordarla le hizo afirmar en alguna ocasión: “es nuestra obligación, como mujeres antifascistas”.

Todo ello la convirtió en una de las mujeres más imprescindibles del momento, querida y admirada por muchos intelectuales, tanto es así que a ella le dedica el poeta Miguel Hernández uno de sus poemas:

En la tierra castellana
el castellano caía
con la voz llena de España
y la muerte de alegría

Para conseguir la libertad de sus hermanos
caen en los barbechos los más nobles castellanos.

No veré perdida España
porque mi sangre no quiere.
El fascismo de Alemania
junto a las encinas muere.

Para hacer cenizas la ambición de los tiranos
caen en las trincheras los más nobles castellanos.

Españoles de Castilla
y castellanos de España
un fusil a cada mano
y a cada día una hazaña.

Voy a combatir al alemán que nos da guerra
hasta conquistar los horizontes de mi tierra.

A Matilde, de Miguel

En noviembre del ‘38 Matilde Landa participó en el Congreso Nacional de Solidaridad, celebrado en Madrid. Allí sería elegida miembra del Comité Ejecutivo Nacional del SRI. A pesar de que residía en Barcelona, a través de un viaje clandestino por carretera y tras la caída de la ciudad, llega a Madrid donde será la encargada de organizar el PCE ante la inminente entrada de las tropas franquistas en la capital. Tras el golpe militar de Casado, Matilde ya sabía que la guerra estaba perdida pero aun así asumió su trabajo como Subsecretaria de Propaganda hasta principios de marzo.



(Segunda parte)

El distanciamiento y los acontecimientos bélicos supusieron un golpe para el matrimonio de Matilde. Ella y su marido se separaron amistosamente durante la guerra. En cuanto a Carmen, su hija, la guerra la sorprendió en Galicia junto a su tía Jacinta, de vacaciones en el pazo de San Fiz de Vixoi. Viajó junto a sus tíos de Francia a Barcelona, para llegar finalmente a las colonias de Valencia donde residió, mientras que sus tíos, hermanos de Matilde realizaban tareas pedagógicas y organizativas. Allí Matilde la visitó en varias ocasiones antes de evacuarla a la Unión Soviética en el verano del ‘38.

Finalizada la guerra y tras el traslado de sus otros hermanos a diferentes puntos, su hermana Aída era casi la única familiar en España de Matilde y que le servirá de apoyo en muchas ocasiones a lo largo de estos años.

Durante marzo del ‘39 Matilde Landa será designada para encabezar el PCE en Madrid durante un cónclave clandestino, incluyendo su ámbito de actuación también las provincias de Cuenca, Guadalajara y Toledo. Esto la convertía prácticamente en el único referente de la organización secreta en España. La labor del partido en este momento se organizaría en torno a pequeñas células que pronto caerían en manos de la policía franquista. En el caso de Landa, que actuaría como Elvira, no pudo casi accionar. Encargada de organizar la fuga de los dirigentes del partido Domingo Girón, Eugenio Mesón y Guillermo Ascanio, fracasó por la indiscreción de una antigua dirigente y los tres serían entregados a las autoridades franquistas y fusilados en 1941.

A raíz de ello cayó el militante Joaquín Rodríguez, lo que facilitaría la localización de Matilde, que fue detenida junto a su secretaria María Guerra Micó el 4 de abril de 1939. El 12 de abril Matilde pasó a la sede central de la Dirección General de Seguridad donde fue interrogada por el comisario Jesús Cabezas, y en contra de lo que era habitual, Matilde no fue torturada físicamente, algo extrañísimo en la época. Sabiendo quién era ella, muchas compañeras atribuyen el hecho a su ilustración y a su clase social, aunque otras confiesan que a Matilde le había dicho un policía que sabía que el maltrato en su caso solo hubiera servido para aumentar su resistencia. Por ello su castigo fue la incomunicación, sin luz incluso, durante seis meses y el escuchar las torturas a las que fue sometido su compañero Joaquín Rodríguez. Pudo librarse de su castigo retractándose de su ideología, algo que rechazó enérgicamente.

Durante su comparecencia en su detención se le acusó de ser miembro destacado del partido comunista, muy peligrosa por su cultura y su convencimiento ideológico. Ella por su parte rechazó la acusación, admitiendo solo haber ingresa en el partido en mayo o junio del ‘36 y haber desempeñado distintos cargos de asistente durante la guerra, es decir sólo de ayuda humanitaria y social, lejos de relación política alguna. No delató a nadie y dijo que su secretaria era empleada doméstica exculpándola así de toda responsabilidad.

El 26 de septiembre del ‘39 pasó a la prisión de Ventas. Matilde fue procesada por el Capitán Álvaro Soto Burgos el 7 de diciembre del ‘39 y el fiscal solicitó pena de muerte. Su defensor simplemente expuso que los hechos debían ser considerados como constitutivos de un delito de auxilio a la rebelión sin circunstancias modificativas. Matilde se limitó a afirmar que no había representado al PC. Y aunque en el acta que la acusaba se afirmaba “que en todo momento ha sido colaboradora del PC, habiendo quedado encargada por el mismo de su organización en la España de Franco en calidad de secretaria general”, en la sentencia no se hizo la más mínima referencia a esta circunstancia. Algunos autores, como Fernández Hernández Holgado, señalan que ello se debería al machismo de aquellos jueces que se negaban a admitir que un cargo de tal relevancia hubiera sido puesto en manos de una mujer.

Cristina Corral Soilán


Matilde (izquierda) con Julia Cossío en San Victorio (A Coruña)


Matilde con Carmen, su hija y con su marido Francisco López Ganivet

(Tercera parte)


Finalmente Matilde ingresó en la cárcel femenina de Ventas donde estaría desde septiembre del 39 a agosto del 40. Ventas contaba en aquel momento con 3.500 mujeres y era una especie de almacén de presas en la que percibían una pésima alimentación y deplorables condiciones de higiene, algo que llevaba muchas veces a que se produjese un elevado número de muertes.

A pesar de todo ello se produjo entre todas ellas una red de solidaridad y ayuda que era en ocasiones semitolerada por las autoridades. Se mantenían pequeñas células clandestinas del Partido Comunista Español (PCE) y de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en las distintas galerías. Al principio Matilde tuvo difícil su reconocimiento como dirigente del PCE ya que su nombramiento no se había hecho público debido a las postrimerías del conflicto histórico.

Sin embargo y en este caldo de cultivo Matilde Landa decide poner en marcha la famosa “oficina de penadas”. La galería de penadas reunía a las condenadas a muerte con la finalidad de localizar a las condenadas a muerte sin que el resto de las internas se revolucionaran (tal y como sucedió con el caso de las Trece Rosas).

A su ingreso en esa galería Matilde se dio cuenta de la necesidad de mediar en el sufrimiento y en la situación de tensión que vivían sus compañeras. Para ellas se celebraban diariamente juicios que carecían de garantías constitucionales. A las condenadas sólo les quedaba la opción de intentar apelar la sentencia lo cual implicaba un difícil entramado burocrático que pasaba por recopilar declaraciones favorables y elevar una instancia a las autoridades.

La falta de asesoramiento jurídico llevaba a muchas mujeres analfabetas a desistir en el intento o a llorar acobardadas por la situación. Así que Matilde consiguió convencer a la directora del penal, la teresiana Carmen de Castro -exalumna de la Institución Libre de Enseñanza (ILE)- para que le dejase organizar en la galería una oficina que tramitara recursos para las condenadas a la pena capital.

Cada vez que las mujeres salían para ser fusiladas según testimonios abrazaban a Matilde a quien llamaban “la madre de las penadas”, ya que en su trabajo se “agarraba” a cualquier pequeño detalle para poder hilar su exculpación. Sin embargo, a efectos prácticos, sus logros al respecto fueron muy discretos, ya que el número de conmutaciones de penas no fue muy elevado, destacando casos como la de Rosario Sánchez Mora, la mítica “Dinamitera”. Era por tanto un apoyo más psicológico que legal pero que permitió establecer una verdadera red de ayuda entre las mujeres y su familia ante una situación desesperada e incierta.

Mientras ella se afanaba en su labor al frente de la oficina de penadas, su hermana Aída trabajaba en que su pena de muerte fuera conmutada por treinta años de cárcel. Así y gracias a la ayuda del filósofo Manuel García Morente, muy bien relacionado con el régimen, el 18 de junio del 40 a Matilde se le conmuta la pena de muerte por la inferior en grado.

Esta noticia no alegro del todo a Matilde ya que de alguna manera abandonaba a las presas a su suerte, por ello y durante unas semanas Matilde siguió con su tarea al frente de la oficina de penadas, a pesar de que ya no le fue autorizado pernoctar allí, en aquel sector.

Tras la marcha de Matilde de la galería de las condenadas a muerte la dirección de la prisión prohibió la oficina y en su lugar se hizo un taller de costura.

Finalmente el 2 de agosto Matilde Landa deja Ventas y fue conducida a la Prisión de Palma.

Allí se suicidará tirándose desde la azotea antes las presiones para que se convierta al cristianismo.


Cárcel de Ventas


Mujeres durante una procesión en la Cárcel de Ventas


Grupo de presas en la Cárcel de Ventas

Fuentes:
- Ginard i Féron, David, Matilde Landa. De la Institución Libre de Enseñanza a las prisiones franquistas; Barcelona, Flor del Viento, 2005.
- http://es.geocities.com/matilde_landa/
- http://www.memoriaylibertad.org/lascarcelesfotos.htm
- http://www.larepublica.es/IMG/jpg_trecerosasfoto.jpg

ENTREVISTA A IRIA NOVO, BAJISTA

“Música en las venas”

Entrevista a Iria Noa López Novo, bajista


El piano de un vecino de Iria tuvo la culpa de que ella se “enganchase” a la música cuando tan solo era una niña, luego llegó la flauta travesera en el conservatorio y finalmente las manos de Melissa Auf der Maur acariciando su bajo le hicieron pensar: “yo quiero tocar así”. Desde entonces y de manera completamente autodidacta Iria no ha dejado de tocar el bajo. En la actualidad ella confiesa tener el corazón dividido entre sus dos bandas, Moondogs Blues Party, donde exprime su lado más bluesero y Meskalina para el que saca la rockera que lleva dentro. Después de verla en éxtasis sobre un escenario entiendo que ella misma parafrasee a Kurt Cobain en sus Diarios: “Me gusta el consuelo de saber que las mujeres son el único futuro del Rock and Roll”.

¿Desde cuándo tocas el bajo?

Desde hace unos cinco años. En realidad yo tocaba la flauta travesera en un grupo, un tiempo después cuando empezaba con el bajo se marchó el bajista y lo sustituí, digamos que ya no hubo elección, el destino me empujaba y yo feliz por ello. Con ese grupo no llegué a debutar en directo, pero me ayudó a irme encontrando. Luego hace unos tres años empecé en Meskalina y desde entonces…

¿Por qué ese instrumento y no otro?

Me gusta su sonido y esa pulsación que lo rodea todo cuando tocas una cuerda, es como si flotase... Además me atraía el hecho de no ser un instrumento solista porque con la flauta suele ser al contrario. Tocar el bajo me llena, es lo que me gusta hacer, a veces me expreso mejor con él que con las palabras.

¿No te preocupó que fuera un instrumento que suelen tocar hombres?

Para nada, eso es algo que no me planteo. Puede que haya instrumentos como la trompeta que sean más tocados por hombres que por mujeres, pero eso no tiene que ver con ser algo masculino, precisamente ese pensamiento nos cierra puertas a nosotras, no vamos a limitarnos por una creencia absurda… además científicamente hablando ambos sexos tenemos la misma percepción musical. El secreto del bajo no está sólo en mantener el compás, se trata de hacer el "tiempo ", algo profundo y ancestral que nos conecta en la misma frecuencia. Llevar el ritmo, canalizarlo, envolver al grupo y al público. Debemos entendernos para que todo funcione de una manera perfectamente fluida. Si fallamos se cae todo y para esto no importa si eres el bajista o la bajista.

Eres bajista en dos grupos donde hasta hace poco eras la única mujer ¿ha supuesto algún problema?

La verdad es que siempre me tratan con mucho cariño, tanto en Meskalina como en Moondogs Blues Party soy una más, yo aporto mi forma de interpretar al resto y juntos/as creamos, nos llevamos muy bien y para mi eso es importante, estar a gusto con mis compañeros para que la música fluya, para entendernos con miradas, casi a nivel telepático.

¿Más bluesera que rockera o viceversa?

Me gustan los dos, en realidad me complementa que con Meskalina tiremos más al rock cañero y cargado de fuerza y con Moondogs al blues, que es sensual y desgarrador, cargado de sentimientos. No puedo elegir un estilo por encima de otro, ambos me gustan demasiado…así no tengo que escoger.

Tus cantantes /músicas/ bajistas favoritas...

Me encanta Koko Taylor, Alberta Hunter, me gusta mucho Billie Holiday con su voz paseando sobre los compases, cálida, precisa y a la vez desgarrada y triste. Ella y otras como Bessie Smith, Etta James o Sarah Vaughan hicieron crecer el mundo de la música y además dieron voz a mujeres invisibles y prepararon el camino para las que vinieron después como Janis Joplin y toda esa generación de los 60.

Fuera del jazz y del blues me gusta por ejemplo la bajista Melissa Auf der Maur, también L7, la guitarrista Ivy Rorschach (The Cramps), Joan Jett, Patti Smith, PJ Harvey… más bajistas Michael "Flea" Balzary, el de Red Hot Chilli Peppers, Ron Carter al contrabajo al que pude ver en el Festival de Jazz de Lugo, impresionante… también me gusta Steve Emery el bajista de Lunáticos o el del Ñaco Goñi, Fernando Torres

¿Cuál crees que es la situación de las mujeres en la música actual?

Por lo que yo veo hay mujeres en grupos, pero está claro que tampoco es que seamos mayoría, suele pasar, que como en otras disciplinas estemos un poco escondidas a la realidad, porque siempre hubo mujeres dándolo todo y entregando su vida tanto o más que la mayoría de la gente, luchando contra corriente y sacrificándonos para luego no recibir nada. Nos buscamos la vida, ese es el panorama, lo bueno es sentirse satisfecha y no arrepentirse jamás de las decisiones tomadas, disfrutar cada momento.

¿Está Galicia preocupada por el tema musical de las jóvenes?

Quizás más que antes, pero no es nada del otro mundo.

¿Conoces a alguna rockera más en tu círculo?

Sí, por ejemplo a la teclista y baterista de Frances, a la baterista y cantante de Lascivos, no personalmente, aunque su grupo me encanta, a la baterista de Window Pane...

¿En los conciertos la gente se acostumbra a ver a una bajista en el escenario?

En ocasiones que vamos por ahí a tocar y soy la única, puede que por eso a veces también se me acerque la gente para decirme lo bien que he tocado, pero en general creo que esto está superado y sinceramente es probable que sorprenda más una mujer en otro contexto que en el musical.

¿Haz tenido algún enfrentamiento por ser mujer?

Jamás, al contrario, siempre me tratan bien donde voy y sí alguna vez he tenido algún roce con alguien en el terreno musical ha sido por otros temas.

¿El hecho de que seas una mujer aporta algo al estilo que tocáis?

Como mujer tengo clarísimo cómo hay que tocar blues o rock (aunque luego me cueste llegar a transmitir lo que quiero), porque mirando al pasado y esa herencia que legaron las pioneras como Elizabeth Cotton, podemos ver que nadie entendía mejor el estilo que ellas, llevando el peso del mundo y cantando o tocando con una pasión inigualable.

¿Es compatible lo que haces musicalmente con tu trabajo?

Pues lo cierto es que mi mundo laboral gira también alrededor de la música… doy clases particulares de música y digamos que voy sacando para mis vicios…

¿Esto es un hobby o te ves dedicándote siempre a la música?

La música es mi vida y siempre lo ha sido, incluso cuando no era consciente de ello. Es mi mundo, me alimenta, me libera... me gustaría, si llego a vieja, verme como Koko Taylor con ochenta años, dándolo todo encima de un escenario…